Estudiante de la UNI es seleccionado para proyecto de nanosatélite en universidad de Japón

 


Un estudiante de la carrera de Ingeniería Física de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) ha sido seleccionado para participar del CanSat Leader Training Program, una iniciativa promovida por la organización sin fines de lucro UNISEC Global y la Universidad de Nihon, ubicada en Tokio, Japón. Como parte de esta iniciativa, Omar Blas Morales (23) formará parte de un selecto grupo que desarrollará un nanosatélite en la citada casa de estudios.


Este concurso, promovido desde 2011, está dirigido a todos los estudiantes de pregrado, maestrías y doctorados del mundo para que puedan participar de una capacitación intensiva para la fabricación del dispositivo espacial, cuya carga útil, fecha y modo de lanzamiento aún se determinarán conjuntamente con los alumnos.

"Desde el 2019, este CanSat Leader Training ha ido evolucionando a un entrenamiento para hacer un nanosatélite, que se llamará HEPTA-Sat", explica Blas Morales a la Agencia Andina.

Para esta ocasión, solo 20 estudiantes lograron pasar los exámenes y calificaciones necesarias para participar del programa. Blas no es solo uno de los afortunados, sino que también accedió a una beca otorgada por la Association for Overseas Technical Cooperation and Sustainable Partnerships (AOTS), que financiará los gastos de vuelo, viáticos y el costo del curso.


Nanosatélites: ¿qué son y dónde se encuentran?

"Un nanosatélite es como un satélite en sí, porque cumple las mismas funciones y tiene los mismos mecanismos, solo que es más pequeño", explica Blas. Es decir, son como una caja de metal con aproximadamente 10 cm. en cada arista.

Por lo general, están hechos de aluminio y titanio, y orbitan el planeta Tierra. Existen dispositivos similares, como los CanSat, con la diferencia de que estos últimos se encuentran dentro de la atmósfera terrestre.

Ambos equipos son muy útiles para que los estudiantes puedan iniciarse en la comprensión de los conceptos de ingeniería espacial y pueden ser utilizados para diversos sectores, industrias e investigaciones aplicadas.

"Los nanosatélites, al ser pequeños, tienen un tiempo de vida muy corto, en función a las baterías. Mayormente, duran 1.5 años o dos años como máximo", señala Blas.

Previa experiencia con Chasqui I

En 2014, tras poco más de cinco años de planeamiento, la UNI lanzó el Chasqui I, un nanosatélite cuya misión principal fue la toma de imágenes del planeta Tierra desde su órbita. El proyecto inició con el apoyo del Centro de Tecnologías de Información y Comunicaciones (CTIC) de la universidad, y en él participaron 78 estudiantes de diferentes niveles (pregrado, maestrías y doctorados).

"Todos estos estudiantes comenzaron a diseñar un nanosatélite para el Perú que iba a tomar imágenes a la Tierra. Este nanosatélite fue primero diseñado, luego construido e implementado finalmente por Rusia, en un convenio que se hizo", relata Blas, quien también participó de la iniciativa. 

A fin de ultimar poner en órbita el nanosatélite, este fue llevado al país euroasiático. Su prototipo final fue lanzado desde la Estación Espacial Internacional el 18 de agosto de 2014. "El cosmonauta, en una caminata espacial, agarró el satélite y con una cinta desplegó al Chasqui I, que pudo cumplir su misión científica y orbitar la Tierra", apunta el estudiante.

El último registro por radio de este dispositivo fue recibido en abril de 2015. La misión se declaró así un éxito y está concluida. "En la UNI queremos dar continuidad a este proyecto, que fue muy exitoso a nivel educacional y de investigación. Por eso que estamos en vías de desarrollar otro nanosatélite", revela Blas.


Próxima misión: Chasqui II

El Chasqui II es la siguiente misión que llevan a cabo los alumnos de la UNI, con el apoyo del ingeniero José Oliden Martínez. "Como hemos visto que fue muy productivo en temas de educación y de investigación para la universidad, los alumnos decidimos repetirlo, apoyados de los mismos investigadores que participaron esos años".

Actualmente, el modelo digital de este dispositivo ya fue diseñado, por lo que el siguiente paso es la fabricación del mismo. Incluso, se han hecho simulaciones, cuyos resultados serán presentados en la conferencia International Astronautical Congress de Paris, que va desde el 18 al 22 de setiembre de este año.

Cabe precisar que este nanosatélite es similar a su antecesor (el Chasqui I), solo que contará con sistemas más actualizados y la nueva misión será estudiar los gases de efecto invernadero de origen antropogénico; es decir, aquellos producidos por el hombre y sus industrias (CO2, dióxido de nitrógeno, metano, etc.).

"Tomamos la luz que viene del sol y la radiación que es reflejada por la Tierra. Esta radiación será captada por nuestro nanosatélite, por un sensor que verá las variaciones que hay en el espectro que recibimos. Eso nos indica qué gases están presentes dentro de la atmósfera que va a recorrer la radiación, desde que entra, cuando rebota a la superficie, y de la superficie cuando sale al satélite. Todo este camino representa una pérdida de energía, y eso es lo que estudiamos y, según eso, clasificamos a qué gases tenemos en la atmósfera", detalla Blas.

El proyecto, valorizado en cerca de 500 mil dólares, está en busca de financiamiento. Para fines de 2024 hay una oportunidad de lanzamiento gratuita, pero para ello es necesario llegar al monto ideal para iniciar la fabricación del nanosatélite.


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