Sebastian Thrun dejó su trabajo en Google y en la Universidad de Stanford para crear Udacity, una plataforma de cursos online
Sebastian Thrun (Solingen, 1967) no le ha declarado la guerra a las universidades convencionales y afirma que su objetivo no es competir con ellas. Sin embargo, en 2012 dejó su puesto de profesor de Inteligencia Artificial en la Universidad de Stanford para lanzar Udacity, una plataforma de cursos online que ya suma más de ocho millones de estudiantes en todo el mundo y que permite acceder a empresas como Google con una formación de tan solo seis meses. La gran revolución: a los alumnos que no encuentran trabajo en los seis meses posteriores a la graduación se les devuelve el importe de la matrícula, que ronda los 170 euros al mes.Aunque Thrun no es tan conocido fuera de Estados Unidos como otros gurús tecnológicos como Elon Musk o Steve Jobs, este ingeniero alemán fue uno de los responsables del laboratorio secreto de Google, conocido como Google X Lab, donde supervisó el desarrollo de las Google Glass. También estuvo a cargo del diseño del Street View y antes de su llegada al gigante tecnológico creó uno de los primeros coches autónomos, al que bautizó como Waymo.
Junto a otras prestigiosas plataformas como Coursera -lanzada por dos profesores de Stanford-, o edX -de Harvard y el MIT-, Udacity puso hace unos años en el mapa los llamados MOOC (cursos gratuitos, masivos y online en sus siglas en inglés), que permiten a cualquier persona del planeta acceder a contenidos que hasta ese momento eran exclusivos para los alumnos de esos centros de élite.
Thrun participó la semana pasada en la Cumbre Mundial de la Innovación en la Educación (WISE, por sus siglas en inglés), una reunión con 2.000 participantes de un centenar de países organizada por la Fundación Qatar en Doha, donde respondió a las preguntas de EL PAÍS.
Pregunta. ¿Qué le empujó a desvincularse de una universidad como Stanford y a dejar su trabajo en Google?
Respuesta. La inspiración me vino de Salman Khan, el fundador de la Khan Academy. Le conocí durante una charla TED y pensé que si un ingeniero del MITsin credencial de profesor había logrado tener millones de estudiantes con sus vídeos online (con más de 1.600 mini lecciones gratuitas), yo podía hacer lo mismo. Así que subí a internet la clase de inteligencia artificial que solía dar a 200 estudiantes de Stanford y la siguieron 160.000 personas de diferentes países. Fue un momento de claridad: ¿enseñar a alumnos de Stanford o al mundo? Como no podía hacerlo bajo el paraguas de la universidad, me inventé Udacity. La educación superior tiene que ser global, ya no valen más excusas de si este campus es pequeño y no puede aceptar más alumnos o si tiene un prestigio y solo recluta a la élite.
P. Usted ha defendido desde el principio que su intención es democratizar el acceso a la educación superior, pero según un informe de la Universidad de Pennsylvania el 80% de las personas que se matriculan en los MOOC (cursos masivos, online y gratuitos) ya cuentan con un grado universitario.
R. Toda tecnología tiene sus limitaciones y afirmar que sirve para todo el mundo sería un error. Cuando los MOOC se inventaron el 2011 eran básicamente una serie de lecciones y clases grabadas. Udacity hoy es una plataforma que permite a los estudiantes trabajar en equipo en proyectos, dar feedback de forma individual y utilizar los sistemas que se emplean en los lugares de trabajo. Ahora estamos centrados en la formación para toda la vida. Tenemos que avanzar como sociedad y aceptar que lo que aprendimos de niños ya no sirve. Ahora todo avanza muy rápido y tenemos que continuar educándonos a nosotros mismos y convertirnos en estudiantes para toda la vida.
P. ¿Qué tipo de educación tienes que haber recibido para poder seguir uno de los cursos que ofrece Udacity?
R. Necesitas buena conexión a internet y un nivel alto de inglés, aunque algunos cursos están disponibles en portugués, chino, japonés y español. Nuestros contenidos son tecnológicos, es lo que nos diferencia de los demás, y es fácil abandonarlo si no tienes una afinidad o un bagaje en este campo. Utilizamos inteligencia artificial para hacer un seguimiento de la actividad de los alumnos y detectar cómo podrían mejorar su participación y su rendimiento.
P. ¿Cuál es la diferencia entre los contenidos de Udacity y los de una universidad convencional?
R. Nuestra gran novedad son los nanodegrees (en español, nanocarreras o nanogrados), un total de 20 programas especializados en tecnología de corto formato que se pueden realizar entre seis y doce meses. Los hemos diseñado conjuntamente con Google, IBM, Facebook, Amazon o AT&T atendiendo a sus necesidades. Ahora mismo estamos trabajando con más de 100 compañías que ya consideran los nanogrados al mismo nivel que los grados tradicionales. Algunas de las cabezas pensantes de esas empresas líderes se han convertido en profesores o mentores de Udacity. Enseñamos exactamente lo que están buscando en los procesos de selección, vamos directos al grano. En países como Nueva Zelanda ya han reconocido los nanogrados como máster. Aunque nuestra sede principal está en Mountain View (California), ya tenemos oficinas en Sao Paulo, Berlín, Nueva Delhi y Shanghái.
P. De los más de ocho millones de alumnos de Udacity, 52.000 ya se han matriculado en nanogrados. ¿Qué porcentaje de esos estudiantes ha encontrado un empleo?
R. Nuestros alumnos salen muy bien preparados porque además de la calidad de los contenidos tienen a su disposición un mentor individual, un supervisor de proyectos y un servicio de asesoramiento de su carrera profesional. Tenemos un 90% de tasa de empleo entre nuestros ex alumnos y ahora hemos lanzado en Estados Unidos el programa Nanodegree+, en el que si un alumno no consigue trabajo en los seis meses posteriores a su graduación, le devolvemos el importe de la matrícula. En nuestro proceso de selección no aceptamos alumnos sin potencial de éxito. El incremento medio de su salario tras su paso por Udacity es de 34.000 dólares al año, que no está nada mal. Tenemos convenios para la contratación de nuestros estudiantes con innovadores globales como Mercedes-Benz, IBM Watson y SAP. Un dato objetivo: en 2020 en el mundo habrá 95 millones de personas sin la preparación técnica que demandarán las empresas y 85 millones de trabajadores en activo sin la formación necesaria para encajar en esos trabajos (de acuerdo a un informe de McKinsey Global Institute).
P. Son un claro competidor para las universidades tradicionales.
R. En absoluto. La mayoría de nuestros alumnos cuentan con, al menos, un grado finalizado, tienen una media de 24 años en adelante y son muy activos en el diseño de su carrera, en su reconversión profesional. Nosotros no competimos con las universidades. Su función es ofrecer el entorno para que la gente joven madure, conozca a personas diferentes y forje su personalidad. Udacity ofrece aprendizaje para toda la vida.
P. ¿Cuáles son los nanogrados de mayor éxito?
R. Enseñamos desde hace un año cómo construir coches autónomos (Self Driving Car Nanodegree). Tenemos 10.000 estudiantes activos. Lo mismo sucede con el deep learning y la inteligencia artificial, enseñamos a más alumnos en estos campos que todas las universidades del mundo juntas. Somos expertos en adelantarnos al futuro. Todo lo que aprendes en tecnología caduca a los cinco años. Ya no te puedes relajar; el sueño del trabajo para toda la vida se ha acabado.
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