La Inteligencia artificial en el aula: por un aprendizaje significativo




Desde que dio sus primeros pasos a mediados del siglo pasado hasta su definitiva popularización durante las décadas posteriores, la Inteligencia Artificial (IA) ha alimentado los miedos y las esperanzas de diversos sectores sociales y profesionales, de la mano tanto de la divulgación e investigación científicas como, también, de la literatura y cine de anticipación. Como no podía ser de otra forma, el mundo educativo no ha sido una excepción a la norma y, pese a que su implementación se ha dado de forma más lenta que en sectores como la medicina o las finanzas, la IA aplicada a la enseñanza y el aprendizaje se perfila como una realidad más o menos extendida que es vista con tanto recelo como expectación, por lo que supone de cara al aprendizaje significativo del alumnado.

El futuro del pasado
En 1956, en una conferencia impartida en el Darmouth College de Newhampshire, EE.UU., el profesor de la Universidad de Stanford J.McCarthy definió la Inteligencia Artificial como aquella área de la informática referida al diseño de maquinaria capaz de simular algunas de las conductas consideradas “inteligentes” e inherentes a los seres humanos. Inicialmente, las investigaciones referidas a este campo de la informática se vieron confinados a los centros de investigación universitarias y gubernamentales, para luego comenzar a ser adaptados a nuevos terrenos como los mentados médico y financiero, pero también el industrial o, ya en la década de los ochenta del siglo XX, el educativo. En este último caso, la utilización de la IA en el aula antes de la aparición de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ubicua a través de dispositivos móviles, se dio especialmente a partir de los llamados sistemas expertos. Estos se definen por simular la conducta de un ser humano más o menos experto en una determinada área del conocimiento, y en algunas de las áreas mencionadas fueron inicialmente utilizadas como herramientas de ayuda y asesoramiento para la toma de decisiones y establecer diagnósticos sobre situaciones que, con el tiempo y la inestimable ayuda de algoritmos cada vez más complejos, cada vez necesitaron menos intervención humana.

Los caminos de la IA en el aula
Las cualidades recién mencionadas hicieron saltar las alarmas en algunos sectores del mundo educativo por sus posibles consecuencias sobre la preponderancia de la inteligencia humana como superior a todas las demás. Aunque su irrupción, pese a concretarse bajo formas variadas, se concentró mayoritaria, aunque no únicamente, en tres aplicaciones informáticas diferenciadas que la explosión del Big Data, la aparición de Internet como herramienta de uso cotidiano, y la proliferación de las TIC en muchos de los países del mundo, ha propagado hasta lo impensable. Son los siguientes:
  • Micromundos: definido por algunos teóricos como un entorno de programación consistente y por tanto capaz de ofrecer la exploración de una serie de conocimientos, ya sean matemáticos o referentes a la alfabetización, cuenta en su haber con programas como el célebre lenguaje de programación Logo.
  • Tutoría Inteligente: sistema instruccional que permite una formación adaptada, y por tanto más individualizada, a las necesidades y perfiles del alumnado a partir del módulo del contenido, que posee el conocimiento a transmitir al alumno, el del alumno, que indica sobre como se está produciendo ese aprendizaje, el docente, que especifica cuando debe plantearse un determinado material al alumnado, y el interfaz, que permite la indispensable comunicación entre alumno y programa. Un buen ejemplo de esta vertiente de la IA en pedagogía es el brasileño Geekie.
  • Robótica: técnica de IA encargada de construir aparatos para realizar actividades físicas similares a las ejecutadas por seres vivos. A través de iniciativas como Ro-bótica de Lego Education esta metodología puede usarse tanto para enseñar principios referentes a la robótica en sí misma considerada como para formar al alumnado en otros contenidos curriculares.

La asimilación docente de la IA
En paralelo a la puesta de largo de esta nueva Inteligencia, el sector educativo fue estableciendo un relativo recelo hacia la IA aplicada a la educación Porqué ¿cómo iba a afectar la irrupción de la IA en el aula al rol del profesorado? En un momento en el que la docencia comienza a replantear su paso de fuente principal de sabiduría a gestor de contenidos, y empieza a plantearse el uso de chatbots como posibles interlocutores para el alumnado ¿Qué le depara la aparición de asistentes virtuales como Siri o Alexa, pese a que por el momento no han traspasado el umbral que separa la vida cotidiana de la enseñanza y el aprendizaje?
  • Si su implementación es correcta, una mayor eficiencia en su labor, dado que la naturaleza de la IA aplicada educativamente permite un mejor y mayor seguimiento de las necesidades del alumno.
  • Debido su carácter interactivo, implica una mayor motivación del alumnado respecto a la materia impartida, lo que también revaloriza el rol del maestro como gestor de contenidos y generador del aprendizaje significativo de los aprendices.

Aunque, según algunos informes, aún faltan años antes de la implementación en el aula de herramientas educativas vinculadas a la IA como la Realidad Virtual o la analítica del aprendizaje, ya existen suficientes experiencias pedagógicas al respecto, especialmente en el campo de la robótica, los micromundos y sobretodo las Tutorías Inteligentes como para que la presencia más o menos generalizada de la IA en el aula empiece a avistarse en el horizonte. Y vosotros ¿utilizáis la IA bajo alguna de sus formas en el aula? De ser así, os animamos a compartir vuestras experiencias y, también este texto, con el resto de la comunidad docente.

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