La enseñanza en un aula híbrida presenta sus propios retos y oportunidades. Asegurarse de que todo el alumnado tenga la misma exposición al material y se sienta parte de la clase puede presentar retos logísticos, sobre todo en materias más prácticas, como las matemáticas y las ciencias.
La Escuela de Ciencias y Matemáticas de Carolina del Norte (NCSSM) en Durham, Carolina del Norte (EE. UU.), es una escuela secundaria de una zona residencial que ha ofrecido un programa de aprendizaje virtual durante varios años. Este otoño, el alumnado volvió a la escuela en un entorno híbrido donde la mitad de la clase comenzó en el centro, y cambió a la modalidad virtual a mitad del semestre, mientras que una pequeña parte del alumnado optó por estudiar virtualmente prácticamente todo el curso.
Hablamos con varios profesores de matemáticas y ciencias del centro de secundaria NCSSM para obtener más información acerca de cómo optimizan la experiencia tanto para el alumnado presencial como para el remoto. Estos son sus principales consejos para una experiencia de aprendizaje de éxito en un aula híbrida:
1. Tener a todo el alumnado en Zoom
Incluso el alumnado en modalidad presencial debe unirse a la reunión de Zoom desde sus dispositivos personales cuando llega el momento de los debates interactivos. El alumnado presencial puede llevar auriculares y conectar directamente con uno o dos alumnos o alumas virtuales durante los debates utilizando salas para grupos pequeños. Para la mayoría de la clase, una cámara web en la parte delantera del aula puede ofrecer al alumnado remoto una vista de sus compañeros y compañeras, mientras que se puede utilizar un proyector o un monitor grande para mostrar una vista de galería del alumnado remoto en la parte delantera del aula.
A Nick Koberstein, profesor de Matemáticas de bachillerato, le gusta fijar su cámara web en la parte superior de su pantalla. «Me ayuda a acordarme de enseñar al alumnado virtual —explicó—, y también mantiene la clase visible».
2. Agrupar al alumnado virtual y presencial
Cuando asigne grupos para debate, cree grupos mixtos de alumnado presencial y virtual. «La parte más importante es asegurarse de que todos se sientan como si estuvieran en la misma clase», dijo Letitia Hubbard, que enseña ingeniería e informática.
Para el alumnado de mayor edad, la profesora de matemáticas Cheryl Gann recomienda permitir que el alumnado presencial y virtual utilice la función de chat para comunicarse, y designar un monitor de chat para hacer un seguimiento de la conversación.
«El alumnado está acostumbrado a comunicarse en ese medio», dijo Gann. «Me gusta que un alumno o alumna de la clase sea responsable de plantear las preguntas de el chat en nuestro debate». A veces, el alumnado se siente más cómodo escribiendo sus preguntas».
Consejo de experto: diseñe laboratorios interactivos
Tenga especial cuidado al diseñar los laboratorios para incluir al alumnado virtual. Cuando sea posible, utilice materiales domésticos comunes en sus experimentos, o haga que envíen kits de laboratorio al alumnado remoto. Hubbard hizo que su alumnado participara en un laboratorio donde midieron sus pasos mientras caminaban a través de una placa de fuerza, y luego usaron las medidas para diseñar las suelas de los zapatos. Se aseguró de que todo el mundo se sintiera incluido haciendo que el alumnado presencial tomara las medidas usando las placas de fuerza, mientras que el alumnado virtual realizaba análisis y dirigía el diseño asistido por ordenador (CAD) de los zapatos. Cuando las dos cohortes cambiaron de lugar a mitad del semestre, la nueva cohorte repitió las pruebas de laboratorio con sus suelas de zapato impresas en 3D para que todo el alumnado pudiera tener la experiencia completa.
3. Pensar más allá de las clases magistrales
Las largas clases en línea pueden ser agotadoras tanto para el alumnado como para el profesorado, pero Christine Belledin, que enseña matemáticas, elige actividades para evitar esa fatiga debida a la reunión. «No creo que las clases magistrales hayan sido nunca un buen formato, ni siquiera en persona», dijo Belledin. Ella recomienda cambiar el formato de la clase para que el alumnado nunca haga lo mismo durante mucho tiempo. Para ello, mezcla debates interactivos en línea, encuestas, actividades y vídeos. También pide al alumnado que traigan su bebida o tentempié favorito como un descanso activo durante los períodos de clase más largos.
4. Encontrar maneras de que el alumnado comparta su trabajo
Las anotaciones en una pantalla táctil con un lápiz mediante la función de pizarra de Zoom funciona bien para las clases con acceso a esta tecnología.
«En realidad me gusta más la herramienta de anotación Zoom que una pizarra física porque puedo dejar que el alumnado también haga anotaciones», dijo Belledin. «El alumnado remoto puede participar y el alumnado presencial puede mostrar su trabajo sin necesidad de salir a la pizarra».
También ha pedido al alumnado que fotografíe su trabajo y deje las fotos en un documento de Google compartido. «Descubrimos que incluso sostener el papel ante la cámara web funciona sorprendentemente bien», añadió Koberstein. «Tal vez quiera hacer que su alumnado escriba con bolígrafo para que sea más fácil de leer».
5. Diseñar y equipar el aula para que todos puedan ver y oír
En el NCSSM, cada aula híbrida se ha equipado con un panel ClearTouch, un monitor de pantalla grande que se conecta a la clase de Zoom. Funciona como una pizarra, pero todo lo que se escribe en ella se rellena como una anotación de Zoom, lo que permite al alumnado presencial y remoto de la reunión de Zoom tener la misma vista. También puede limitarse a conectar un teléfono como una cámara de documentos, o usar la herramienta de anotaciones de Zoom y luego proyectarla al alumnado de la clase para asegurarse de que todo el alumnado pueda ver el mismo material.
Los estudiantes virtuales pueden llegar a experimentar dificultades para escuchar todo lo que se menciona en el aula debido al uso de mascarillas y al distanciamiento físico. Koberstein aconsejó repetir las preguntas del alumnado antes de responder y resumir los puntos de debate de vez en cuando para asegurarse de que el alumnado virtual pueda seguir la conversación.
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