El Efecto Scully: cerrando la brecha de género en STEM
Según Microsoft, solo el 60 % de las niñas entienden la importancia de las materias STEM en sus objetivos personales y profesionales. La compañía señala la falta de mentores y modelos a seguir como un gran culpable.
Según un reporte publicado por Microsoft sobre la brecha de género en las carreras STEM, acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), solo el 60 % de las niñas entienden la importancia de las materias STEM en sus objetivos personales y profesionales. La compañía señala la falta de mentores y modelos a seguir como un gran culpable de esta brecha.
Aunque hay una gran demanda de trabajadores en STEM, las mujeres están muy poco representadas en estas áreas. La falta de presencia femenina en la fuerza laboral puede ser perjudicial para las generaciones futuras porque las niñas no suelen tener una referente de su género a quien puedan admirar, lo que hace menos probable que se visualicen en estas carreras en el futuro.
El Consejo Nacional de Ciencia de Estados Unidos informa que las mujeres representan solo el 29 % de la fuerza laboral de ciencia e ingeniería, ¿puede un modelo a seguir cambiar este problema?
El efecto Scully
Dana Scully es un personaje ficticio del programa de televisión "The X Files", quien se destacó como la única personaje STEM femenina en un programa de horario estelar, convirtiéndose en un modelo a seguir para las niñas y mujeres en todo el mundo.
Un estudio realizado por el Instituto Geena Davis sobre Género en los Medios decidió investigar el efecto del personaje en las niñas y mujeres involucradas en STEM, también conocido como el "efecto Scully".
Un total de 2,021 mujeres participaron en la encuesta, en la cual el 63 % dijo que el personaje de Scully aumentó su creencia en la importancia de las carreras STEM. Además, el 55 % cree que se debería alentar a las jóvenes a estudiar carreras en estas áreas.
Además, el 91 % de las encuestadas ve a Scully como un modelo a seguir para las niñas y las mujeres, incluso el 55 % admitió que aumentó su interés en STEM y el 63 % dijo que ver el éxito del personaje les dio más confianza para sobresalir en una profesión dominada por los hombres.
Entre los factores que Microsoft atribuye a la carencia de mujeres en las áreas STEM está la falta de un modelo a seguir. Y la televisión no es la excepción, el estereotipo típico es un científico con bata de laboratorio, que refuerza la creencia de que la ciencia es una profesión masculina, así que los personajes STEM femeninos fuertes e inteligentes, como Scully, pueden convertirse rápidamente en una influencia significativa.
Sin embargo, ¿qué pasa con las generaciones más jóvenes quienes nunca vieron los X Files? ¿Son los medios de entretenimiento la única fuente de modelos a seguir? EdSurge sugiere que reunir a niñas con mentoras puede crear el mismo gran impacto que tuvo el efecto Scully.
La importancia de la mentoría
Alrededor del 66 % de las niñas en primaria en Estados Unidos dicen que están interesadas en la ciencia, pero este número disminuye debido a la pérdida de confianza e interés. Para cuando llegan a secundaria, sólo el 15 % tiene interés de hacer una carrera STEM, por lo que tener una mentora como modelo a seguir puede mantener su fascinación desde primaria hasta la universidad.
Organizaciones como Million Women Mentors trabajan para hacer coincidir a verdaderas Dana Scully con niñas que desean saber más sobre STEM alentándolas a mantenerse curiosas. Estas mujeres les están ayudando a elegir una carrera y guiar sus conjuntos de habilidades individuales para que puedan imaginarse en el futuro en el campo técnico de una manera más personal de lo que un personaje de ficción podría haberlo hecho.
Para ponerlo en números, Microsoft informó que, cuando se trata del porcentaje de niñas que entienden la importancia de la educación STEM y los trabajos potenciales en ese campo, hay una diferencia del 20 % entre las jóvenes que tienen un modelo a seguir en este campo, como el caso de Scully o mentoras (73 %) y los que no lo hacen (53 %).
La brecha de género en la ciencia: una tarea pendiente
Desde el 2015, todos los años se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11 de febrero) para promover el acceso pleno y equitativo a la ciencia y reconocer el papel fundamental que desempeñan las mujeres y las niñas en los campos STEM.
A pesar de que las mujeres y las niñas constituyen la mitad de la población mundial, su rezago es evidente en comparación con la población masculina. Problemáticas como la violencia contra las mujeres, la desigualdad de género y la brecha salarial constituyen algunos de los mayores desafíos en materia de derechos humanos del mundo. Mucho antes de la llegada del COVID-19, otra pandemia se esparcía en todo el mundo: la violencia contra las mujeres. En el mundo, el 35 % de las mujeres han experimentado algún tipo de violencia física o sexual, en el mayor de los casos, por parte de su pareja. “Ya sea en el hogar, en la calle o en los conflictos armados, la violencia contra las mujeres y las niñas es una violación de los derechos humanos de proporciones pandémicas que ocurre en espacios públicos y privados”, advierte un reporte de las Naciones Unidas.
Con el fin de erradicar esta pandemia social, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 1975 como el Año Internacional de la Mujer y organizó la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, que tuvo lugar en Ciudad de México. Otros pasos hacia la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres se han dado desde entonces a través de la creación de ONU Mujeres en el 2010, organismo de las Naciones Unidas centrado en impulsar la igualdad de género en el mundo; y el establecimiento en el 2015 del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebrado el 11 de febrero, con el objetivo promover el acceso pleno y equitativo a la ciencia y la participación de mujeres y niñas. La Asamblea General de las Naciones Unidas instauró este evento internacional anual para reconocer el papel fundamental que desempeñan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología.
¿Por qué la necesidad de crear un día especial para promover y reconocer el papel de las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología? Por muchos años, los prejuicios y los estereotipos de género han mantenido a niñas y mujeres alejadas de la ciencia. Actualmente, solo el 33 % de los investigadores en el mundo son mujeres. Según datos de la UNESCO del 2019, la región con el mayor número de científicas era Asia Central con el 48.2 %, seguida de América Latina y el Caribe con el 45.1 % de mujeres que se dedican a la ciencia de forma parcial y tiempo completo. El reporte de la UNESCO señala que en 2019 Venezuela era el país latinoamericano con el mayor porcentaje de científicas, con el 61.4 %. A nivel mundial, la matrícula de estudiantes mujeres en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) es de tan solo 3 %; en las áreas de ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, 5 %; y en ingeniería, manufactura y construcción, solo el 8 % de los estudiantes son mujeres. Es evidente que, en pleno siglo XXI, la brecha de género en todos los ámbitos, particularmente en la participación de las mujeres en la generación de conocimiento científico, sigue siendo una tarea pendiente.
Más allá de los datos duros, es importante destacar e identificar los factores cualitativos que disuaden a las mujeres de seguir carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). Factores como la violencia de género, el matrimonio infantil, la trata de mujeres, la mutilación genital femenina y la brecha salarial impactan directamente en la trayectoria formativa y profesional de niñas y mujeres. En el ámbito laboral, particularmente en los campos STEM, numerosos estudios han encontrado que las mujeres publican menos, se les paga menos y no progresan en sus carreras al mismo ritmo que sus colegas hombres.
11 de febrero: Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
Desde su establecimiento por la Asamblea General de la ONU en el 2015, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia tiene como objetivo “crear conciencia sobre el tema que celebra la excelencia de la mujer en la ciencia y recordar a la comunidad internacional que la ciencia y la igualdad de género deben avanzar de la mano para abordar los principales desafíos globales y lograr todos los objetivos y metas de la Agenda 2030”.
Este año, el tema de este evento internacional es “Mujeres científicas a la vanguardia de la lucha contra el COVID-19”. La pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia la desigualdad de oportunidades que tienen millones de niñas y mujeres en todo el mundo. Por un lado, el cierre de escuelas a nivel mundial debido al coronavirus podría tener graves repercusiones en la formación de niñas y niños. Las consecuencias de estos cierres van más allá del retraso académico y el aumento de la desigualdad educativa. Un informe publicado en The Lancet, señala que, para finales del 2020, medio millón más de niñas en todo el mundo se habrían visto obligadas a contraer matrimonio y un millón más de niñas quedarían embarazadas como resultado indirecto del encierro provocado por el COVID-19.
Por otro lado, en el ámbito laboral cerca de 11 millones de puestos de trabajo ocupados por mujeres desaparecieron de febrero a mayo del 2020, siendo las mujeres que son madres o cuidan de alguna persona las más afectadas. Las madres en la pandemia han reducido sus horas de trabajo de cuatro a cinco veces más que los padres para hacerse cargo del cuidado de la casa, los hijos y la enseñanza en línea. Durante la pandemia las mujeres se han visto obligadas a dejar la fuerza laboral en números récord, trayendo consigo la llegada de la primera Gran Recesión Femenina.
Diversos estudios han demostrado que la pandemia de COVID-19 también ha tenido un impacto negativo significativo en las científicas, afectando particularmente a las que se encuentran en las primeras etapas de su carrera. Ciertamente, la pandemia ha exacerbado aún más la brecha de género ya existente en la ciencia. Diversos análisis sugieren que las mujeres están publicando menos manuscritos e iniciando menos proyectos de investigación que sus colegas hombres durante la pandemia. El impacto mayor se lo han llevado las mujeres que tienen hijos. Alessandra Minello, estadística y demógrafa social de la Universidad de Florencia, Italia, publicó un artículo que señala cómo la pandemia elevará el "muro materno" que bloquea el avance de las mujeres en la academia, especialmente ante la constante presión que tienen académicos y académicas por publicar. Estas disparidades de género no se resuelven celebrando la labor de las mujeres en un solo día. Se requiere un cambio sistémico, mediante nuevas políticas, iniciativas y mecanismos de apoyo a las mujeres y las niñas en la ciencia.
Más allá de las problemáticas que han empeorado debido a la pandemia, esta crisis sanitaria mundial ha demostrado claramente el rol fundamental que las mujeres han tenido en la lucha contra la COVID-19. Desde el trabajo de doctoras, enfermeras y personal sanitario que trabajan en primera línea, hasta el ingenio de científicas y su papel fundamental en el avance del conocimiento sobre el coronavirus hasta el desarrollo de técnicas para las pruebas y la vacuna.
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