Cambios tecnológicos llevan a expertos a pensar en la utilidad de la programación en el futuro.
En la actualidad es común ver cómo gigantes de la tecnología buscan reclutar a los mejores programadores en el mundo, incluso con métodos poco convencionales.
Por: María Paulina Arango M
Emprendedores de startups, desarrolladores y ‘hacktivistas’ sugieren que en un futuro cercano la programación se convertirá en una necesidad digital tan cotidiana como hoy lo es saber enviar un correo electrónico.
Desde la llegada de los computadores, los desarrollos tecnológicos se han fundamentado en la programación. Con los avance técnicos se desconoce cuál será el futuro de esta disciplina.
Si bien para algunos aprender a crear código es sinónimo del futuro o de éxito laboral, para otros se trata de un conocimiento que aprenden algunas personas y podría ser reemplazado por máquinas más inteligentes.
Desde la llegada de los computadores, los desarrollos tecnológicos se han fundamentado en la programación. Con los avance técnicos se desconoce cuál será el futuro de esta disciplina.
Si bien para algunos aprender a crear código es sinónimo del futuro o de éxito laboral, para otros se trata de un conocimiento que aprenden algunas personas y podría ser reemplazado por máquinas más inteligentes.
Para Santiago Liñán, miembro de Design Lab, un grupo de investigación sobre desarrollo de aplicaciones de la Universidad de Los Andes, cuando se sabe programar, se aprende a transformar ideas en códigos susceptibles a ser interpretados por un computador, lo que en sus palabras, es “una forma de comunicarse que nos permite entender el mundo, el que actualmente funciona con tecnología”.
En principio, existen diversos lenguajes de programación, que comparten una lógica matemática. Algunos hacen posible que un computador envíe comandos de movimientos físicos, como sería el desplazamiento de un robot dentro de una pista de carreras, y otros se dedican a funciones lógicas, como la solución de ecuaciones.
Julián Arbeláez, desarrollador de videojuegos, señala que una de las razones principales por las que alguien debería aprender el lenguaje de la computación en su vida es porque permite aplicar esos mismos procesos de lógica en la cotidianidad.
Según Arbeláez, al comenzar a programar, las personas empiezan a pensar diferente y a analizar las situaciones desde otras perspectivas.
En principio, existen diversos lenguajes de programación, que comparten una lógica matemática. Algunos hacen posible que un computador envíe comandos de movimientos físicos, como sería el desplazamiento de un robot dentro de una pista de carreras, y otros se dedican a funciones lógicas, como la solución de ecuaciones.
Julián Arbeláez, desarrollador de videojuegos, señala que una de las razones principales por las que alguien debería aprender el lenguaje de la computación en su vida es porque permite aplicar esos mismos procesos de lógica en la cotidianidad.
Según Arbeláez, al comenzar a programar, las personas empiezan a pensar diferente y a analizar las situaciones desde otras perspectivas.
Al programar, hay que tener en cuenta muchos factores, ya que a veces cuando un código no funciona es porque se pasó por alto un simple detalle y eso es algo que también pasa en la vida
En esto coincide Camilo Escobar, quien también hace parte del equipo del Design Lab. Escobar plantea que la programación enseña lógica básica, y por ende, proporciona herramientas para la toma de decisiones.
Por su parte, Freddy Vega, CEO de Platzi, plataforma colombiana de cursos virtuales, plantea que existe un panorama con una fuerte tendencia a la automatización, lo que implica que se requieren más programadores.
“La explosión más grande de demanda de cualquier otra carrera en la historia es la de la carrera de programación, esto no significa que todo el mundo lo deba ser un profesional en ella, pero creo que si todos deben saber hacerlo”, expone Vega.
Según cifras de la Federación Colombiana de la Industria de Software y Tecnologías de la Información (Fedesoft), en el país existe un déficit de profesionales en programación, que se calcula será de 70 mil para el 2019.
Vega apunta además que la forma en la que la academia tradicional enseña a programar hace que las personas le tengan miedo.
De hecho, existe la creencia de que la programación es un asunto de ingenieros y exclusivamente de personas con afinidad por las matemáticas.
Por su parte, Freddy Vega, CEO de Platzi, plataforma colombiana de cursos virtuales, plantea que existe un panorama con una fuerte tendencia a la automatización, lo que implica que se requieren más programadores.
“La explosión más grande de demanda de cualquier otra carrera en la historia es la de la carrera de programación, esto no significa que todo el mundo lo deba ser un profesional en ella, pero creo que si todos deben saber hacerlo”, expone Vega.
Según cifras de la Federación Colombiana de la Industria de Software y Tecnologías de la Información (Fedesoft), en el país existe un déficit de profesionales en programación, que se calcula será de 70 mil para el 2019.
Vega apunta además que la forma en la que la academia tradicional enseña a programar hace que las personas le tengan miedo.
De hecho, existe la creencia de que la programación es un asunto de ingenieros y exclusivamente de personas con afinidad por las matemáticas.
Frente a esto, Diana Solano, ingeniera de sistemas, argumenta que hay una gran disponibilidad de herramientas para aprender a programar.
“Cualquier persona puede aprender a crear código porque hay una infinita cantidad de lenguajes que hacen que la aproximación a la práctica sea más sencilla”. Por ejemplo, cuenta la joven, hay con herramientas que enseñan a programar a partir de arrastrar cajas y crear diagramas con acciones. Algunas experiencias como Scratch, creada por el MIT, o Barbie You Can Be Anything, creada por Mattel y la plataforma de educación Tynker, buscan acercar esos espacios a los niños.
En este orden de ideas, el matemático Jorge Alberto Olarte considera que “uno puede vivir perfectamente sin haber hecho jamás un ‘hello world’(tradicional saludo entre los desarrolladores), pero sí es bueno saber programar para conocer mejor cómo opera el mundo”.
Olarte, sostiene que la industria de TI está en un momento de gran crecimiento y que los datos representan una gran oportunidad.
“Cualquier persona puede aprender a crear código porque hay una infinita cantidad de lenguajes que hacen que la aproximación a la práctica sea más sencilla”. Por ejemplo, cuenta la joven, hay con herramientas que enseñan a programar a partir de arrastrar cajas y crear diagramas con acciones. Algunas experiencias como Scratch, creada por el MIT, o Barbie You Can Be Anything, creada por Mattel y la plataforma de educación Tynker, buscan acercar esos espacios a los niños.
En este orden de ideas, el matemático Jorge Alberto Olarte considera que “uno puede vivir perfectamente sin haber hecho jamás un ‘hello world’(tradicional saludo entre los desarrolladores), pero sí es bueno saber programar para conocer mejor cómo opera el mundo”.
Olarte, sostiene que la industria de TI está en un momento de gran crecimiento y que los datos representan una gran oportunidad.
Hoy en día lo más valioso es el Big Data y las personas que lo saben utilizar
Actualmente, gigantes de la tecnología, como Google, intentan reclutar a los mejores programadores en el mundo, incluso con métodos poco convencionales.
Ese fue el caso de Max Rosett, un estudiante de informática que en 2015 logró llamar la atención de la compañía al escribir “python lambda function list comprehension” en el buscador de Google. En su pantalla apareció el mensaje: “Hablas nuestro lenguaje, ¿preparado para un reto?”. El joven llegó a Foo.Bar, la táctica de reclutamiento de programadores empleada por Google, a la que solo se accede con invitación. Tras resolver una serie de desafíos, la compañía le hizo una propuesta laboral.
Con máquinas como Alpha Go Zero, que aprendió sola a jugar Go, la milenaria disciplina que es más compleja que el ajedrez, y otros avances del aprendizaje automático, puede creerse que llegará el día en que aprender un lenguaje sea un poco obsoleto. Sin embargo, como diría el cofundador de Platzi “la única forma de sobrevivir en un mundo totalmente automatizado es nunca parar de aprender”.
FUENTE
Ese fue el caso de Max Rosett, un estudiante de informática que en 2015 logró llamar la atención de la compañía al escribir “python lambda function list comprehension” en el buscador de Google. En su pantalla apareció el mensaje: “Hablas nuestro lenguaje, ¿preparado para un reto?”. El joven llegó a Foo.Bar, la táctica de reclutamiento de programadores empleada por Google, a la que solo se accede con invitación. Tras resolver una serie de desafíos, la compañía le hizo una propuesta laboral.
Con máquinas como Alpha Go Zero, que aprendió sola a jugar Go, la milenaria disciplina que es más compleja que el ajedrez, y otros avances del aprendizaje automático, puede creerse que llegará el día en que aprender un lenguaje sea un poco obsoleto. Sin embargo, como diría el cofundador de Platzi “la única forma de sobrevivir en un mundo totalmente automatizado es nunca parar de aprender”.
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