Últimamente se están sucediendo las noticias sobre la prohibición del uso de los teléfonos móviles dentro del aula, o incluso dentro de los centros educativos. Muchas son las voces, expertas e inexpertas, que enumeran las virtudes implícitas o los perjuicios inherentes a estos gadgets.
La realidad es que el uso de los smartphones entre nuestros jóvenes es un hecho irrefutable y la pregunta que debemos hacernos es si podemos aprovechar esa dependencia en beneficio de la educación o si, por el contrario, debemos convertir nuestras aulas en un oasis libre de esta tecnología. Esto propiciaría otro tipo de relaciones sociales y fomentaría el empleo de otro tipo de recursos.
INCONVENIENTES
Pasemos a ver, en primer lugar, algunas de las razones por las que sería bueno mantener nuestras aulas como espacios libres de smartphones:
– Falta de preparación docente: se debe desarrollar la competencia digital del profesorado.
– No se realiza un uso responsable. Empleo indebido de cámara de fotos y vídeo: ciberbulling. Discusiones por Whatsapp.
– Supone fomentar el consumismo. Se producen robos de móviles. Favorece las comparaciones entre alumnos, perjudicando la convivencia. Subraya la desigualdad económica entre los estudiantes. Divergencia de acceso.
– Promueve la falta de disciplina en el aula. Implica menos concentración por parte de los estudiantes. Sirve para copiar, con chuletas. Puede distorsionar el ritmo normal de las clases.
– Limita la imaginación y deteriora el funcionamiento cognitivo.
– Posibles consecuencias físicas y psicológicas: daños cervicales, estrés visual, insomnio, obesidad infantil, sedentarismo, dependencia o adicción.
– Supone un escollo al adecuado desarrollo de las competencias sociales, originándose el conocido como phubbing, esto es, prestar más atención al móvil que a las personas.
– Promueve el uso abreviado, no correcto e inadecuado de la lengua.
– Existencia de legislaciones autonómicas, regionales y estatales contradictorias.
– Acompañado, en muchos casos, de una falta de objetivos pedagógicos. Empleado como un fin y no como un medio. Está limitando y retrasando los necesarios cambios educativos de fondo.
VENTAJAS
En relación a las ventajas, podemos destacar las siguientes:
– Ser consecuentes con la realidad, eliminar su presencia sería artificial.
– Desarrollo de la competencia digital, promoviendo el pensamiento crítico, por ejemplo en la búsqueda de información. Uso de herramientas educativas tecnológicas. Enseñar a hacer un buen uso de estos recursos, mediante la prevención y una educación tecnológica.
– Promueve la autonomía y el autocontrol de la propia conectividad.
– Incentiva la creatividad y la imaginación.
– Permite hacer tareas conectados o desconectados. Aprendizaje asíncrono. Posibilidad de organizarse mejor, comunicarse y trabajar colaborativamente entre compañeros.
– Aumento de motivación y participación. Aprendizaje a través del juego. Más entretenido.
– Permite realizar un seguimiento del proceso de enseñanza y aprendizaje. Monitorización. Evaluación formativa. Sirve al docente y al alumno para: realizar test (de evaluación, coevaluación o autoevaluación), controlar asistencia o el ruido en una clase. Puede usarse como agenda, cronómetro, calculadora o reloj.
– Desdibuja las barreras entre profesores y alumnos, promueve una cercanía. Debemos ser los mediadores tecnológicos que nuestros estudiantes necesitan, estrechando la brecha digital entre educación y tecnología. Bien empleado, puede conllevar la incorporación de nuevas metodologías.
– A los alumnos les permite, entre muchas otras posibilidades: acceder a contenidos extra, buscar información, conectarse y colaborar de forma instantánea, usarlo como pizarra digital, para compartir notas, para leer el periódico, para escuchar música, consultar datos, para hacer, ver, editar y compartir fotos, vídeos, imágenes, enlaces o documentos. También puede emplearse como diccionario, traductor o grabadora, para encontrar puntos en un mapa o para estudiar vocabulario e idiomas.
– Empleo de apps y recursos digitles. Usos educativos de Whatsapp.
– Conexión con los padres. Con aplicaciones como Remind.
– Posibilidades de acceso a la educación en países subdesarrollados.
– Ahorro en inversión con respecto a PCs o aulas de informática. Carácter ecológico.
– Microenseñanza y microaprendizaje: redes sociales, aprendizaje informal y constante.
Para terminar, no puedo dejar de dar mi opinión. Personalmente, no prohibiría el uso de los teléfonos móviles en el aula, los entiendo como un recurso educativo más, que nos servirá para desarrollar ciertas competencias, muy necesarias hoy en día, además de suponer una dosis extra de motivación para nuestros estudiantes, que no es poco. Como cualquier otro recurso educativo, los profesores deberemos saber cómo usarlo y establecer ciertos límites, tal y como se hace con otras herramientas. En el pasado se cuestionó el uso de Internet en los centros educativos, por el acceso indebido que podían hacer nuestros alumnos, y hoy, es algo que se da por hecho. El móvil es un ordenador portátil, manejable y altamente atractivo para los estudiantes. No podemos desaprovechar esta oportunidad. Aunque, como siempre, nada es blanco o negro y cada centro, cada profesor y cada contexto, requerirá una respuesta acorde a sus circunstancias, puesto no se puede, ni se debe, generalizar.
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